In this composition, Ana María Romano guides us through the struggles of her inner world, intertwined with the effects of the political and social context on her ways of listening. «Cuando el fuego suena» was composed in 2022 and is part of a larger project called Perspectivas Sonoras for the Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras.
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I began conceptualizing this piece at the confluence of different aspects of daily life, using reflections on chrononormativity from the perspective of a female, non-binary, gender-fluid, or gender non-conforming body as a starting point.
This reflection on chrononormativity emerged from some experiences during my explorations in soundscape, comparing urban sound environments (where I live and work) at different times of the day and the relationship between sounds and the social dynamics we have built around various daily activities.
The work «Cuando el fuego suena» (When the Fire Sounds) was created at a time when different situations converged, impacting my sleep: the pandemic as something external and uncontrollable; the sociopolitical context of my country, which led us to the brink of a more profound abyss; and menopause, also uncontrollable and very intimate, though with a social component regarding control over women’s bodies, something seldom spoken of but that has given rise to prejudices and hostile behaviors toward women.
Furthermore, the composition process positions the body, mind, spirit, and existence in temporal dimensions comparable to sleep, relating to the disruption of productive necessity and its link to time normativity. However, there is another facet: creative activity is also subjected to chrononormativity, as nighttime (the time of «non-work») becomes the period to engage in activities outside work, the profitable (the productive). Thus, according to the pre-established social dynamics and moments of daily productive life, we end up «stealing» time from sleep to navigate and construct our internal times without perishing in the attempt.
I enjoy exploring soundscapes because they reveal who we are in multiple dimensions: social, historical, spiritual, religious, philosophical, economic, political, anthropological, etc.
I like knowing I am part of a soundscape because it implies being present. The soundscape is active and dynamic because we are part of it, and it changes with our presence and absence. After all, it affects us, and because we transform simultaneously, every sound of life occurs there.
Listening is presence; when I listen to you, it is because I have decided to do so. Listening is present; thus, my invitation is to always listen to ourselves. Electroacoustic work created for dissemination spaces such as radio, the internet, and concerts.
More Works by Ana María Romano
Producer: Ana María Romano
Label: Viajero Experimental
En esta composición, Ana María Romano nos guía a través de las luchas de su mundo interior, entrelazadas con los efectos del contexto político y social en sus formas de escuchar. «Cuando el fuego suena» fue compuesta en 2022 y es parte de un proyecto más amplio llamado Perspectivas Sonoras para el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras.
Esta pieza la empecé a pensar en la confluencia de diferentes aspectos de la vida cotidiana tomando como punto de partida reflexiones sobre la crononormatividad desde la experiencia de un cuerpo femenino o no binario o de género fluido o de género no conforme.
Esta reflexión alrededor de la crononormatividad surgió en algunas experiencias con mis indagaciones en el paisaje sonoro, al comparar los entornos sonoros urbanos (donde vivo y trabajo) en diferentes momentos del día y la relación entre sonoridades y dinámicas sociales que hemos construido en torno a las diferentes actividades de la vida cotidiana.
La obra «Cuando el fuego suena» fue creada justo en un momento en el que diferentes situaciones convergían y desplegaban diferentes afectaciones en mi sueño: la pandemia, como algo externo e incontrolable; el contexto sociopolítico de mi país que nos llevó a la posibilidad de caer en un abismo aún más profundo; la menopausia, también incontrolable y muy íntima, aunque también con un componente social en cuanto al control sobre el cuerpo de las mujeres, algo de lo que no se habla pero que ha dado lugar a prejuicios y comportamientos hostiles hacia las mujeres.
Por otra parte, el proceso mismo de composición dispone el cuerpo, la mente, el espíritu, la existencia, a dimensiones temporales que pueden ser comparables a las del sueño y que pueden relacionarse con la ruptura de la necesidad productiva y su vínculo con la normatividad horaria. Sin embargo, hay también otra faceta, y es que al mismo tiempo la actividad creativa está sometida a una crononormatividad en la medida en que el espacio de la noche (del «no» trabajo) es el tiempo para hacer lo que está fuera del trabajo, lo lucrativo (lo productivo). Entonces, según la dinámica social preestablecida como los momentos de la vida productiva «cotidiana», terminamos «robándole» tiempo al sueño para navegar y construir nuestros tiempos internos sin morir en el intento.
Me gusta indagar en los paisajes sonoros porque nos cuentan sobre lo que somos en múltiples dimensiones: social, histórica, espiritual, religiosa, filosófica, económica, política, antropológica, etc.
Me gusta saberme parte de un paisaje sonoro porque eso implica estar presente. El paisaje sonoro es activo – dinámico – porque hacemos parte de él, porque cambia con nuestra presencia y con nuestra ausencia, porque nos afecta, porque nos transformamos en simultaneidad, porque cada sonido de la vida ocurre allí.
La escucha es presencia, cuando te escucho es porque ha sido mi decisión hacerlo. La escucha es presente y por eso mi invitación es a escuchar/nos siempre. Obra electroacústica creada para espacios de difusión como radio, internet y conciertos.